Las raíces del Árbol de la Luz son experiencias de vida de los miembros del grupo que llevaron a despertares personales y búsquedas espirituales que nos unieron en este experimento grupal. Las citas que encontrarán a continuación son extractos de relatos escritos de nuestros primeros años de vida.
“A menudo me pregunto qué fue lo que me llevó a la luz de la sabiduría en mi vida. Es difícil saberlo, porque las vidas son complejas e intensas, tanto alegres como trágicas, con muchas experiencias que enseñan, sanan y guían. Todos estamos trabajando en el asunto pendiente que vinimos a completar aquí para que podamos transformar los frutos de una larga experiencia en vidas con propósito que sirvan más que el pequeño yo. La vida actúa como papel de lija, borrando de mi pequeño yo todo lo que ya no es beneficioso para mi ser. Se extiende para erradicar todo lo que está profundamente arraigado pero es innecesario, para que pueda irradiar más luz al mundo a través de mí”.
“He llegado a vernos como 'semillas del alma' que crecen bajo tierra durante mucho tiempo hasta que salimos a la superficie y mostramos nuestra intención programada. El alma también contiene semillas de vida arrastradas del pasado. A algunas, de naturaleza física, podemos tocarlas con nuestras manos, otras se almacenan en las emociones, otras se almacenan en la mente como semillas de pensamiento que pueden, si se lo permitimos, atravesar nuestras barreras mentales y hacernos más sabios y más hermosos como almas. Así como la bellota se convierte en el poderoso roble, así nos volvemos más como Cristo en pensamiento, palabra y obra”.
“Mirando hacia atrás en mi vida, puedo ver las formas en que las energías sutiles jugaron en las experiencias externas. A medida que avanzaba a tropezones, la vida parecía volver a ponerme en marcha una y otra vez, hasta que reconocí hacia dónde me dirigía todo. Me di cuenta de que siempre había habido señales para guiarme, si escuchaba. A medida que me encontraba más 'encaminado', las fuerzas benéficas parecían barrer y cambiar todo para mejor y después de varias crisis de la vida, encontré un grupo con el que serviría en el Camino. Las experiencias de meditación profunda abrieron nuevas perspectivas de la realidad. Me encontré con las Enseñanzas del Maestro Tibetano y desde la primera página supe que estaba leyendo la VERDAD. Todavía recuerdo el impacto que tuvo. Entonces recibí la Carta Abierta a los Discípulos y todo empezó a cobrar vida”.
“Mientras reviso mi vida, nada del sufrimiento soportado por la persona parece real. Sí, hubo dolor y sacrificio, lo que me ayuda a empatizar con quienes actualmente están pasando por experiencias similares. Pero lo que antes la personalidad consideraba doloroso parece bastante diferente desde la perspectiva del alma. A medida que la identidad de uno se transforma en la del alma, los sacrificios se ven como la eliminación necesaria de las barreras para la realización del alma. La búsqueda de la felicidad personal se convierte en la alegría del alma, esa parte de nosotros que se preocupa por la felicidad y el bienestar de todos. La vida nos lleva a través de un proceso de forja que templa el metal áspero de la personalidad en un instrumento más fino para el servicio del bien mayor”.
"Desde una edad temprana tuve la inquietante sensación de estar separado de algo que intuía era un Ser mayor o superior. Temí a la muerte como el fin de la existencia y siempre cuestioné el propósito más profundo de la vida. La incertidumbre y la duda me llevaron a vivir muchos años de una vida irresponsable e indisciplinada, hasta que una serie de crisis me obligaron a doblar las rodillas y cambiar. Empecé a despertar a la existencia del alma y las realidades espirituales, un proceso que fue doloroso ya que condujo a la inevitable purificación del yo inferior. Pero eso me preparó para convertirme en parte de un alma grupal impersonal con todo su conocimiento, sabiduría y amor”.
“Recuerdo poco de mi infancia excepto que nací con visión etérica. Aprendí a muy temprana edad que mis padres no veían las cosas que yo veía. Y así, me etiquetaron como un niño que vive en un mundo de fantasía. Fue muy confuso porque no sabía lo que veían los demás, aunque sabía que lo que yo veía era diferente. Afortunadamente, nunca ignoré mis propias visiones. A pesar de todas las experiencias traumáticas que enfrenté al llegar a la edad adulta, siempre hubo un fuerte impulso interior que me decía dos cosas: mostrar a los demás la belleza etérea que veo en la naturaleza y saber que mis hijos no son míos. Me di cuenta de que somos almas, cada una con su propio camino que nadie más conoce realmente”.
"He conocido una profunda alienación en mi vida. Me tomó un tiempo descubrir que yo era mi propio carcelero y que el camino a la liberación pasaba por mi corazón. Parte de mi sufrimiento procedía de la creencia de que estamos separados de Dios, un Ser que existía en algún lugar más allá de nosotros. Mi sufrimiento también procedía de querer que las cosas fueran diferentes de lo que son. Aprender a liberarse de la necesidad de controlar y aceptar las cosas como son trajo mayor paz. Pude descansar en lo desconocido, apoyándome en el alma para que me guiara. Eso dio lugar a la oportunidad de practicar la sabiduría contenida en los textos sagrados y experimentar el amor del alma a través de este grupo, bajo la guía de nuestros Hermanos Mayores”.
"A pesar de lo diferentes que han sido nuestras primeras experiencias de vida, en última instancia, pueden verse como variaciones de un tema. Las enseñanzas de la sabiduría nos dicen que para que el alma se libere de su densa forma externa, uno tiene que pasar por 'tierras ardientes', en una vida u otra. Tenemos que limpiar y redimir nuestras 'historias kármicas'. Entonces, los traumas y las crisis que experimenté al principio de esta vida pueden ser diferentes a los de otros en los detalles, pero nos llevan al mismo punto de conciencia y reconocimiento. La recompensa de pasar por los fuegos de la purificación es poder unirnos como almas, reconociendo el verdadero Ser en cada uno”.
“Sabiendo que mis días en esta encarnación están contados debido a la edad y la enfermedad, puedo mirar hacia atrás en mi vida y ver que en esta vida sacrifiqué los deseos y anhelos de mi personalidad por la luz de la verdad en las enseñanzas de la Sabiduría Eterna. Ahora puedo decir que fue una gran elección. Se me ha dado mucho a pesar de que a veces, en la 'Tierra Ardiente', mis lágrimas eran muy amargas y tristes. Ahora solo hay alegría y Amor.”
“La vida es un viaje que continúa a lo largo de vidas de experiencia hasta que la última gota de ego se ha disuelto en la luz del alma. Durante el proceso de impulso más acelerado de mi alma, probablemente no era consciente de los sacrificios hechos en pos de algo más grande. Pero hubo un reconocimiento creciente de las formas en que había sido 'molido' como personalidad”.
“Al vivir una infancia de ruptura familiar, llevaba dentro de mí el sentimiento de abandono. Con el tiempo, a través de una mayor conciencia de la difícil situación de otras almas que sufrieron mucho más que yo, me di cuenta de que pertenecía a una familia más grande. Esa toma de conciencia condujo al despertar de mi alma y fue el comienzo de mi búsqueda de la verdad y la belleza”.
“En una profunda y tranquila reflexión sobre mi vida, comprendo con mayor claridad todo lo que ha enriquecido mi vida y me ha puesto en el camino de ascenso que me ha llevado a esta experiencia grupal. Compartir conocimientos y experiencias con almas de mente y corazón afines me ha ayudado a darme cuenta de que no todos hemos alcanzado el mismo nivel de conciencia, que estamos creciendo y evolucionando a diferentes ritmos en función de capacidades innatas. Y reconozco que por cada nueva etapa alcanzada en el Sendero, hay infinitamente más umbrales que cruzar antes de alcanzar la perfección. Es bueno recordar que todos estamos viajando en el mismo viaje hacia el Alma Única”.
“Cuando era niño, rechacé la espiritualidad y las creencias de mis padres, que seguían el camino de Paramahansa Yogananda. No quería parecer diferente a los niños que me rodeaban. Amaba la naturaleza, las flores, las plantas y los animales y, a menudo, no podía creer lo crueles que podían ser los seres humanos entre sí. Como yo era sumamente sensible, el consejo de mi padre fue que me volviera más desapegado. A los 17 años, cuando uno de mis amigos más cercanos intentó suicidarse, comencé a sentirme completamente impotente y le pedí a mi padre que me hablara sobre el Dios que había rechazado. Esa fue mi apertura a la luz de la verdad superior. Se abrió un camino hacia la conciencia del Alma, y comencé a darme cuenta de que todos somos uno, hermanos y hermanas recorriendo el camino juntos, y que el amor es nuestro camino”.
“Estamos llegando a reconocer que la encarnación en sí misma es un sacrificio, un Campo Ardiente con un flujo constante de pruebas y desafíos. Me crié en una familia tranquila y modesta con un fuerte amor por la fe cristiana. En mi primer matrimonio, experimenté muchas pruebas y tribulaciones. Cuando terminó, me acerqué gradualmente a las conversaciones místicas y profundas con el Alma. Más adelante en la vida, conocí a alguien que era un compañero en todos los sentidos de la palabra y en todos los niveles de mi ser. Mientras estaba enfermo y muriendo de cáncer, su corazón estaba completamente abierto y resplandecía de amor. Él me mostró cómo morir. Estoy tan agradecida ahora de haber tenido esta vida y estos amores. Los años subsiguientes me han llevado a una dulzura, llenándome de gran compasión por los demás y tranquila ecuanimidad. Estoy llena de asombro por el viaje continuo y en constante expansión del sacrificio que conduce a los dones”.
“Durante una difícil serie de pruebas de personalidad en mi adolescencia y principios de los veinte años, cuestioné repetidamente mi capacidad para hacer frente a la vida. Inesperadamente, conocí a una joven que me introdujo a las enseñanzas del Maestro Tibetano. A pesar de no tener un camino espiritual como tal, y una ambivalencia cínica hacia las creencias religiosas heredadas de mi familia biológica, tuve un reconocimiento inmediato e inmutable de la verdad y validez de Su guía. Por primera vez en mi vida, había llegado a 'casa' a un 'lugar' filosófico/espiritual de apoyo donde me sentía resonante y podía funcionar. En alguna parte de estas enseñanzas, el Maestro comenta que a ningún alma se le presentan más desafíos de los que está equipada para enfrentar. Esto suena cierto en mi experiencia. Me he dado cuenta de que los desafíos de la personalidad tienen un 'lado positivo espiritual'”.
“Mi primera infancia en las Montañas Rocosas de Colorado estuvo llena de amor y gran belleza. Fue un momento mágico que ayudó a formar la persona que soy hoy. Pero mi vida cambió dramáticamente cuando comencé la escuela. Acosado por mis compañeros de clase, perdí toda confianza en mí mismo y me volví temeroso y solitario. Mi aislamiento social se volvió doloroso, pero fue un catalizador para el crecimiento espiritual. En mi soledad, me convertí en un lector prolífico y pasaba muchas horas dibujando, pintando y creando cosas. Esto profundizó mi conciencia interior y me ayudó a prepararme para las pruebas que vendrían después. Un poema de John O'Donohue da voz a lo que se puede aprender a través del aislamiento: “No podemos llenar nuestro vacío con objetos, posesiones o personas. Tenemos que profundizar en ese vacío, entonces encontraremos debajo de la nada la llama del amor esperando para calentarnos".
Vine a este mundo con una enorme cantidad de amor en mi corazón. De joven, sentí una gran paz y alegría, y estaba enamorada de todos y de la vida misma. Desde muy joven sentí que tenía una relación directa y profundamente mística con Dios y Jesús que me llenaba de amor y comprensión. Quizás fui bendecida con una infancia más fácil que me preparó para lo que estaba por venir. Durante un largo período de sufrimiento más tarde en la vida, esa profunda comprensión me permitió tener compasión y perdón por mí misma y por los demás. Lo que surgió fue una fuerte identificación con mi alma. Me sumergí profundamente en las prácticas espirituales y confié en los impulsos de mi alma. Luego fui conducida al amor y la sabiduría de un alma grupal que me ayudó a pasar por los fuegos de la purificación. La batalla no ha terminado del todo, pero me siento más en paz”.
“Desde niño he sido un buscador de la Verdad. Mi vida ha alternado experiencias gozosas y profundos sufrimientos. Recuerdo momentos de alegría incontenible en mis primeros años, pero eso cambió notablemente después de mi primer día de clases. Inmediatamente sentí que mi naturaleza libre y espontánea había sido aprisionada. Empecé a cuestionar la vida, indagando profundamente sobre lo que sucede después de la muerte. ¡La respuesta que me dieron fue que nos convertimos en abono para las flores! Esta ignorancia desató profundas crisis en mi interior, y la indagación continuó por muchos años hasta encontrar las enseñanzas de los Maestros DK y Morya. Había encontrado mi 'hogar'”.
“Me encontré con los libros de Alice Bailey cuando tenía poco más de 20 años y de repente la vida cobró sentido. Todas las 'hondas y flechas' que se cruzaron en mi camino fueron relegadas al 'crisol de la vida' y las consideré como experiencias de aprendizaje interesantes. De lo que me doy cuenta, en retrospectiva, es que mi vida ha estado marcada por períodos de grandes desafíos y estrés extremo. Estos períodos requieren que mire hacia adentro lo más profundamente posible mientras continúo dando lo mejor que puedo. A menudo parece que estoy siendo puesto a prueba, no solo en cuanto a cómo manejo los desafíos, sino también en cuanto a mi capacidad para soportar su intensidad. Hasta ahora, he superado un profundo sentimiento de gratitud y, con suerte, como una persona más sabia”.
“Descubrí que dentro de cada aspecto de la vida humana hay dolor y lucha, pero para mí parecía que el dolor y la lucha se magnificaban debido a mi raza y mi género, y esto se manifestaba de formas inimaginablemente crueles. Me llevó a hacer la pregunta 'por qué'. Eventualmente me cansé de preguntar 'por qué' las circunstancias eran de esa manera, ¡porque en mi vida así fueron! Pero esas circunstancias me llevaron a hacer otras dos preguntas importantes. ¿Cómo iba a responder a las circunstancias y qué iba a hacer para cambiarlas? Ambas preguntas me llevaron a buscar la comprensión y la Verdad de las enseñanzas de la Sabiduría Eterna, unirme con otros buscadores y conectarme con el Poder, la Fuerza, la Creatividad y el Amor del Alma".
“Tuve una vida muy hermosa llena de experiencias maravillosas hasta que nació mi hija. Entonces comenzó un período angustioso y parecía que 'el mundo se me vino encima'. Tuve serios problemas de salud e inmensos problemas legales. El punto de inflexión llegó en un sueño en el que vi una vida anterior. Ese fue el comienzo de mi 'resurrección'. Desde entonces, he experimentado el sufrimiento como la necesidad de saldar deudas kármicas. Muchos de mis problemas no fueron 'resueltos', pero acepté la derrota con serenidad y comencé una nueva etapa de vida basada en el deseo de hacer justicia a los oprimidos y ayudar a los que sufren, hacer lo que pueda para crear un Reino de Dios en la Tierra basado en el amor".
"De pequeño, había 'conocido' la luz de Cristo en la iglesia y finalmente me llevó al estudio de las religiones del mundo. Ese conocimiento interno resurgió cuando encontré las enseñanzas de la Sabiduría Eterna, y más tarde se abrió a una experiencia llena de corazón de conexión grupal y trabajo del alma. A través de este trabajo, he llegado a ver la vida como un gran juego durante el cual recapitulamos nuestros patrones kármicos. A medida que despertamos y recorremos el Camino, tratamos de clasificarlos y extraer la luz de la sabiduría para compartirla con los demás. Mirando hacia atrás desde esta perspectiva, hay casi una sensación de desconcierto por haberme tomado tan en serio. Como almas que se encarnan, somos los creadores de nuestras experiencias y, a través de la meditación y otras prácticas espirituales, podemos redimirnos y contribuir a la elevación de los demás y de toda la vida”.
“Mi sufrimiento en esta vida provino de no entender la razón y el propósito de estar viva en este mundo. Cuando era niña, solía preguntarme de qué se trataba todo esto. Cuando descubrí las enseñanzas de la Sabiduría Eterna a los 30 años, me invadió la calma. Pude ver que había un mayor plan de evolución para mí, para toda la humanidad, para nuestra Tierra y más allá. Me di cuenta de la verdad de la máxima hermética "Como es arriba, es abajo": como seres humanos, tenemos dentro de nosotros el potencial de volvernos como dioses. Como dice la Biblia, estamos hechos a imagen de Dios. Como fractal de Dios, crecemos a su imagen a través de la evolución de la conciencia. Requiere abrir el corazón para descubrir el aspecto superior de nosotros mismos, el Alma”.
“Cuando era niño, pensaba que estábamos aquí para jugar a las hadas y los ángeles. Me crié en una iglesia muy rígida y traté de entender la espiritualidad desde el interior de una pequeña caja. Pero a pesar de la estrechez de miras, la iglesia estaba llena de buenas personas y me dio una base sólida. Aprendí acerca de Dios y fui tocado por Jesús hasta el centro de mi corazón y alma. A menudo luchaba por contener las lágrimas de emociones profundas que no entendía, y como no podía controlar mis emociones, creé un muro alrededor de mi corazón. Luego aprendí que las energías sorprendentes y sutiles están disponibles si las pedimos y abrimos nuestros corazones y mentes para recibirlas. Ahora, con cada desafío que presenta la vida, veo los hilos espirituales entretejiéndolos como bendiciones. No importa cuán difíciles puedan ser nuestras luchas, siempre parecen venir con un regalo. Es bueno ver cómo el sufrimiento conduce al despertar espiritual y a encontrar el propio propósito espiritual."
“Mi vida nunca podría caracterizarse como llena de diversión! Nunca fui libre de hacer lo que le hubiera gustado al pequeño yo. Pero al fin y al cabo, todo lo sacrificado es pequeño en comparación con lo ganado. Las alegrías de la vida, los pensamientos inspiradores, los amigos del grupo, el trabajo espiritual y todo lo que he recibido a lo largo de los años ha valido la pena los sacrificios de la personalidad que me permitieron experimentar la vida del alma”.
“En casi 50 años de 'investigación espiritual' pasé por las mismas enseñanzas de sabiduría eterna que muchos de nosotros hemos conocido. En el camino para alcanzar esta sabiduría y verdad, no experimenté ningún sufrimiento real. Quizás las personas más cercanas a mí hayan hecho más sacrificios, teniendo que soportar los cambios en mí. Lo que puede parecer un sacrificio o una renuncia a la personalidad, lo experimenté como la alegría de alcanzar una meta espiritual”.
“Las experiencias de vida dan testimonio de los desafíos que hemos atravesado para llegar a la identificación con el alma. Mi experiencia en el camino del retorno comenzó a los 12 años cuando me atrajo un libro en particular: Cartas sobre Meditación Ocultista. Me enamoré de la luz que fluía a través de él. El dolor vino después y comprendí que la rueda de la ley kármica impedía que mi alma expresara su verdadero propósito. Desde ese momento, la búsqueda de la armonía y la belleza se ha convertido en una constante en mi vida. En lugar de reaccionar, trato de comprender, aceptar, perdonar y considerar las injusticias sufridas como oportunidades de crecimiento. Trato de permanecer consciente de que mi Alma está trabajando a través de mi persona en el escenario externo de la vida para llevarme a casa”.
“Mi vida no siempre fue fácil, pero sentó las bases para una vida de examen de conciencia. En mi búsqueda para descubrir la causa de mi sufrimiento, me di cuenta de que se reducía a sentimientos de falta de autoestima nacidos de una vida sin pertenecer y, por lo tanto, sintiéndome inadecuado. La creencia de separación de mi verdadero Ser y que soy menos de lo que realmente soy, creó las experiencias que me llevaron a buscar la verdad de quién soy. Esas luchas me llevaron a donde estoy hoy”.
“La vida era muy dura cuando era niño y a menudo parecía extremadamente injusto, pero algo en mí perseveraba en expresar amor. En lugar de amargarme, resentirme y vengarme de quienes me lastimaban, traté de ser más indulgente y compasivo. La confusión y la desesperación a menudo surgían dentro de mí, pero esta práctica me llevó a descubrir lo que hace que mi corazón cante. Es hermoso vivir la vida con aceptación y gratitud, y la voluntad de alinearme más con mi verdadero Ser y el Ser de los demás”.
“Recuerdo muchos momentos de sufrimiento en mi vida, pero todos produjeron luz. Hay un recuerdo de una lectura psíquica significativa que me dieron una vez: 'No crees que tu padre te ama'. Protesté, sabiendo que mi padre biológico me quería mucho. Más tarde me di cuenta de que la lectura se refería a mi 'Padre en el Cielo'—Dios—quien yo creía que no me amaba. Eso causó un profundo sufrimiento, pero trajo la luz que abrió el camino a mi camino espiritual. También sufría de la creencia de que tenía que controlar todo, para mantener las cosas 'perfectas'. Una crisis familiar me liberó para abrirme al poder del yo superior y liberar ese patrón de personalidad. Mis guías interiores y mis meditaciones me ayudaron a superar esos momentos difíciles”.
“Después de tomar muchas decisiones menores en mi vida para expresar más de mi verdadero yo, llegó un momento distinto en el que se hizo una elección consciente de vivir la vida al servicio de los demás. Esto requirió algunos sacrificios materiales, pero como resultado de estos sacrificios ahora estoy viviendo una vida más feliz y significativa. El espíritu de servicio evoca amor y compasión y el reconocimiento de lo bueno y lo bello en los demás. A través del servicio, he adquirido conocimiento de primera mano sobre la unidad de toda la vida”.
“Descubrí los principios de la Sabiduría Eterna a una edad temprana y llegué a aceptar muchos de ellos, incluida la reencarnación o la inmortalidad del alma y el karma, el principio de causa y efecto, además de la realidad de que la energía sigue al pensamiento. Llegué a confiar en la existencia de un Poder Superior y un Plan divino que da forma a todas nuestras vidas. Cuando surgieron desafíos a lo largo de mi vida, estas verdades espirituales me dieron la fuerza para continuar y el coraje y la confianza para enfrentarlos de frente. Pude atravesar tiempos difíciles y emerger en un giro más alto de la espiral con mayor sensibilidad y comprensión de la vida”.
“Desde que tengo memoria, he percibido las dificultades como desafíos a superar. Visto a través de la lente de la evolución, las dificultades son las lecciones que ofrece la vida para avanzar en el camino espiritual. No hay un solo camino para la realización del alma. Las luchas y los contratiempos son oportunidades para reevaluar, recalibrar y finalmente avanzar, mejor equipados para manejar la próxima lección. El crecimiento es acumulativo. Atraemos hacia nosotros lo que necesitamos aprender para que la conciencia evolucione. La ayuda está siempre presente”.
“Estoy agradecido por el dolor que he experimentado en la vida porque me llevó a este punto de mayor conciencia. Cuando reviso traumas tempranos ahora, los veo a través de una lente diferente. Puedo apreciar las experiencias por lo que me revelaron y por el descubrimiento del camino de mi alma. Dos grandes eventos marcaron mi vida a través del sufrimiento y me lanzaron al camino espiritual que conduce a la trascendencia y al amor. A través del sufrimiento y el sacrificio aprendemos a comprender y empatizar con el dolor de los demás. A medida que la conciencia evoluciona, podemos usar toda la sabiduría obtenida a través de la experiencia para inaugurar una nueva era que mitigará el sufrimiento de toda la humanidad”.
“Había estado en una búsqueda espiritual desde mi adolescencia pero a los 24 años todo cambió. Me encontré frente a pruebas y tribulaciones que persistieron durante muchos años. Sé que somos los que creamos nuestras vidas a través de los pensamientos que tenemos, las creencias que tenemos y las emociones a las que nos entregamos, porque soy un sobreviviente de los efectos de estas cosas. Aprendí que la sanación, el perdón y la transformación son posibles en cualquier momento de la vida, y solo tengo gratitud por las duras lecciones aprendidas. Hay una gran alegría en saber que he convertido, por medio de la alquimia, mis experiencias anteriores en oro”.